Es considerado el primer horticultor de la costa andino americana y el primero que erigió una aldea en el for eachú.
Tumbas consistentes en pozos verticales tubulares de profundidad de hasta fifteen metros y diámetro variable.
Desarrollaron acueductos, canales y pozos que permitieron abastecer permanentemente de agua los terrenos de cultivo, logrando así desarrollar una agricultura sólida.
La característica de elementos femeninos se encuentra también en la siguiente ofrenda encontrada en el edificio de Los Depósitos.
Los Virú fueron los iniciadores de los huacos – retratos, que años más tarde perfeccionarían los mochicas.
Fue entonces que los hombres decidieron establecerse en un territorio. Y entonces tuvieron que construir sus primeros practiceáculos, aunque todavía muy rudimentarios, como las chozas de Chilca y Paracas.
Es la más temprana representación del culto andino a los sapos como portadores de lluvias y fertilidad. Se trata del rostro de un batracio con manos humanas, hecho en altorrelieve con arcilla.
El clima era húmedo y frío, periodo que se conoce en el ámbito geográfico sudamericano como Glaciación Vilcanota.
Durante ese tiempo se construyeron también una serie de edificios religiosos construidos en las partes altas de la colina o en click here promontorios rocosos, razón por la que fueron calificados como “castillos” o fortificaciones. La cultura Virú hizo grandes edificaciones de barro.
Primero como recolectores – cazadores indiferenciados; y luego como cazadores superiores, con instrumentos mejor elaborados, como las puntas de flechas de estilo Clovis, Sandia y Folsom.
Los hombres de Pacaicasa vivían de la recolección de frutos, raíces silvestres, y también de la caza de animales salvajes.
Con los animales sucedió algo parecido. Cazaban sólo machos adultos. Más tarde capturaban a los más tiernos y los encerraban en improvisados corrales. Esta operación repetida durante mucho tiempo dio nacimiento a la ganadería de los auquénidos.
Estudios realizados por Andrus y sus colegas encontraron restos de moluscos que indican al menos dos importantes eventos de El Niño tuvo lugar durante la ocupación de el Paraíso.
Federico Kauffmann Doig (2002), en cambio, asigna una importancia decisiva a la presencia en la región ayacuchana, hacia el año 600 de nuestra era, de la cultura Tiahuanaco, del altiplano, cuya impronta estilística habría sido basic para el surgimiento de lo que conocemos como Huari o, de acuerdo con Kauffmann Doig, como Tiahuanaco-Huari.